Poesía del pastor Angel Custodio Sanz
Andaluz de mis amores
quien en tí estar pudiera
para volver a ver las flores
otra vez en primavera.
Ya no puedo ver tus sierras
ni los riscos del Portillo,
los trigales de tus tierras
ni las huertas del Pradillo.
Ni beber agua en tus fuentes
ni pescar más en tus ríos
ni pasar más por tus puentes
ni cantar por tus plantíos.
Ni volar los pajarillos
por las torres de tu iglesia,
ni cantar los cuclillos
por los robles de la dehesa.
Tú tienes un caserío
al pie de tu serranía
mirando al campo y al río
y al sol del mediodía.
Y tú tienes tus dos sierras
al borde de tus ríos,
y junto a ellos tus tierras
de secano y regadío,
que le dan trigo y cebada
y patatas y judías
y también fruta variada
para los postres del día.
Y en tu tierra de baldío
tienes montes de pinares,
tienes suertes de plantíos
y de bosques encinares.
Y tienes en tus riberas
agua siempre sobrante,
y pastos en tus praderas
fino. fresco y abundante.
Mi mente no se olvida
ni de tí ni de tu gente
con quien parte de mi vida
yo viví felizmente.
Ni del bello panorama
que tu tierra me ofrecía
en entrando la mañana
y el sol resplandecía.
Ni de aquellas noches bellas
que atento contemplaba
el fulgor de las estrellas
que en tu cielo brillaban.
Ni de los felices años
que en el campo yo pasé
al frente de los rebaños
que en Andaluz guardé.
Y en tu tierra de baldío
tienes montes de pinares,
tienes suertes de plantíos
y de bosques encinares.
Y tienes en tus riberas
agua siempre sobrante,
y pastos en tus praderas
fino. fresco y abundante.
Mi mente no se olvida
ni de tí ni de tu gente
con quien parte de mi vida
yo viví felizmente.
Ni del bello panorama
que tu tierra me ofrecía
en entrando la mañana
y el sol resplandecía.
Ni de aquellas noches bellas
que atento contemplaba
el fulgor de las estrellas
que en tu cielo brillaban.
Ni de los felices años
que en el campo yo pasé
al frente de los rebaños
que en Andaluz guardé.
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