miércoles, 16 de noviembre de 2016

Atrapar el tiempo

Muchas veces se siente uno tan bien en determinados momentos, que dan ganas de atraparlos, de "estirarlos" un poco más, que no terminen de pasar, pero...¡imposible!, no hay manera de parar un poco el reloj. 

Sin embargo, alguna vez sí he tenido la sensación de que el tiempo se ha detenido cuando entro en una vieja casa, en una taina o en una antigua construcción del pueblo. Abro la puerta y todo está quieto, oscuro, como dormido. Hay cosas puestas allí algún día por no se sabe quien y en donde permanecen como descansando del viaje del tiempo. Puedes cogerlas y observarlas, pero siguen calladas, disfrutando de un sueño feliz. Las vuelves a dejar donde estaban. Vuelves en unos años y siguen en el mismo sitio, inmutables y en un reposo confortable, las observo de nuevo... y las vuelvo a dejar...

Son unos supervivientes al paso del tiempo. Atesoran una pequeña inmortalidad que les mantiene vivos, a pesar de ser ya totalmente inútiles o inservibles, de haber sido abandonadas en una vieja "estación", mientras el tren del tiempo se iba a toda velocidad sin decirlas ni siquiera adiós. Parece que ellas sí han sabido, no sé como, atrapar el tiempo.


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