martes, 7 de marzo de 2017

CUENTALUZ: Los murciélagos fuman

Los murciélagos se cobijan en los lugares más insospechados. Los he visto meterse hasta en los agujeros de los ladrillos de alguna vieja fachada, lo cual parece increíble, sobre todo por lo complicado que tiene que ser acertar a identificar tu correspondiente agujerito de 3 x 2 centímetros. También los hay, o los había según he oído, entre las rendijas de las piedras del puente romano. Seguramente éste es un buen lugar para residir, 'murciélagamente' hablando, teniendo en cuenta que siempre hay abundantes insectos circulando por los alrededores del río, dieta habitual de estos curiosos bichejos.

Seguir viéndolos en el pueblo por las noches es quizás el mejor indicador de que los ecosistemas que los sustentan se mantienen en buenas condiciones, aunque no me haga ninguna gracia que empiecen a revolotear cuando entro alguna vez en la casa vieja de mi abuelo. Todo sea por el gran beneficio que parece ser que nos reportan.

De chavales pudimos comprobar que los murciélagos fuman. Lo que ahora nos parece una aberración infame, en aquéllos tiempos nos parecía un experimento cuasi-biológico. Alguno de los mayores les ponía el cigarro en la boca y en verdad fumaban. Vamos a ver, quiero creer que más bien era un intento de respirar oxígeno el que le producía al animal el deseo compulsivo de seguir aspirando aquél humeante Ducados, pero en cualquier caso nos quedó claro que fumar fuman. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario