Hay quien tiene el don de poder interactuar con la energía que desprenden las cosas. De hecho, la radiestesia es una pseudociencia que investiga la emisión electromagnética y las radiaciones que desprenden ciertos cuerpos o lugares que producen determinados estímulos en los afortunados que tienen muy desarrollada su percepción sensorial para el electromagnetismo. Y sí, ese péndulo o esa horquilla realmente se mueven, vibran, se alteran...muchos de nosotros lo hemos experimentado.
Ayer, me encontré con una curiosa pareja de turistas, con Valéry y su compañera. No conocían Andaluz ni la zona, pero al pasar por la carretera, me comentan, sintieron la curiosidad o, más bien, el deseo de entrar a visitar el pueblo atraidos únicamente por la energía que desprendía. "Yo me muevo y descubro lugares preciosos por la energía" me comentaba abiertamente, a modo de zahorí del siglo XXI .
Claro que sí, amigo Valéry, en Andaluz hay mucha energía. Y es que hablar con Valéry era como hablar con alguien al que crees que conoces de hace tiempo pero no sabes de qué, quizás porque casi inconscientemente Valéry también consigue desprender parte de esa energía con la que interactúa .
Valéry me dejó un poco descolocado con su teoría, pero en verdad llevaba razón, cómo no va a tener energía un lugar como éste por donde ha pasado la Historia con mayúsculas, y donde su huella aún permanece poderosa e inmortal. Sí Valéry, esta Iglesia desprende una asombrosa energía, toda aquella que tenía en su mente su constructor Ansur Piranus y que quizás también fue alimentada por tantos y tantos parajes impresionantes que rodean este maravilloso pueblo, su risco, sus ríos, sus montes, su portillo. Pero, lamentablemente la energía que desprende este lugar sólo se percibe con un receptor extrasensorial que, como Valéry, sólo algunos privilegiados poseen.